20121004

GUERNIKA - LEZAMA

25 de agosto, sábado

          ¡Qué bien hemos dormido!  Casa antigua, cama moderna, en medio del campo, sin ruidos, arrullados por el leve sonido de la lluvia, ……, y ahora un desayuno espectacular con mermeladas que prepara la propia Mª Soledad, la señora que gestiona el lugar. Hoy casi vamos a llegar de tirón a Lezama.
          Sigue lloviendo ligeramente y hay que echar mano a los chubasqueros por primera vez en todos estos días.  Nos encontramos a unos pocos kilómetros de Gernika y tenemos que localizar el Camino para reincorporarnos a él, lo que hacemos en escasos minutos gracias a las indicaciones que nos dan.  Casi todo el trazado es por pistas asfaltadas y carreteras locales, lo que se agradece en esta ocasión porque ha llovido toda la noche y los senderos deben estar embarrados.
          Llegamos a una bifurcación donde Fernando y los hermanos López deciden continuar por la carretera, los demás seguimos las señales del Camino y nos metemos en el bosque dirección a Goikoelexalde donde hemos quedado para almorzar con Lucía y Nacho, sobrinos de Miguel y de Magos respectivamente y viejos conocidos que siempre nos han recibido con los brazos abiertos cada vez que hemos visitado estas tierras del Norte, y que vienen desde Santander a pasar unas horas con nosotros.
          Ya hemos llegado, pero los “desertores” que se fueron por la carretera se han perdido adentrándose en la Reserva de Urdaibai y tienen que volverse, así que iremos a recogerlos a Andra Mari con el coche de Lucía porque, de lo contrario, no llegarán ni para la cena.
          El almuerzo es una fiesta de bienvenida para Nacho, Lucía y Larisa, una familiar suya llegada de los EE.UU, y a la vez de despedida para Ana, Alberto y  toda esa buena gente con la que hemos compartido tan gratos momentos todos estos días y que continúan ahora hasta Bilbao.  Hasta siempre amigos, ha sido un placer conoceros. Un fuerte abrazo a todos y ojalá coincidamos en alguna otra ocasión.
          Los 5 km que faltan hasta Lezama transcurren por el arcén de la carretera. Vamos en grupo charlando y recordando anécdotas,  por lo que el trayecto se nos hace ciertamente relajado y ameno.
          Como en otras ocasiones el albergue está lleno, así que hemos de alojarnos en una casa rural a las afueras del pueblo que resulta también un magnífico lugar de descanso a precio de peregrino.  Después del aseo y de un rato de relax,  tomamos un buen menú en un bar y luego algunos echan una partida al dominó mientras otros charlan y saborean el gin-tonic de rigor. Nos despedimos de Nacho, Lucía y Larisa, con los que hemos pasado un agradable día y que ya marchan para Santander. Nosotros nos vamos a la piltra.

 Pelotón listo



 Ya no llueve

 ¡Vaya castaña!
 Paco está echando una meadita junto a esta bonita ermita

 Otro. Parece que esta ruta es peligrosa para los vehículos
 Estos se están zampando a un colega "despanzurrao"
 Ya falta poco para el bocata

 Abono puro
 Ya estamos a la faena

Larisa, Lucía y Nacho
 La familia se reencuentra

 Alberto y Ana
 Nuestros compañeros de viaje, buenos amigos
 Rohan (pequeño de pelo rojo)
 La tabernera. Seria y seca como un palo. Y menos mal que era su cumple (¿o sería por eso?)
 Estamos cerca del aeropuerto
 Albergue lleno. Nos sacrificaremos y dormiremos aquí


 Ahora una cena ligerita

 Unas risas



Partidita y a dormir

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